Por: Alecita / @AleYepezR
El director Japonés Takashi Miike nació el 24 de Agosto de 1960 en Yao, una pequeña ciudad a las afueras de Osaka, Japón. Debido a los movimientos nómadas de su familia durante la Segunda Guerra Mundial, Miike pasó la mayor parte de su infancia yendo y viniendo de Osaka.
Sus tempranos sueños de
ser piloto de carreras, algo que le sigue apasionando, se tornaron en una
irresistible pasión por el séptimo arte, incitando al futuro cineasta a
estudiar dirección en la Academia de Artes Visuales de Yokohama, bajo la
dirección del reconocido director Shohei Imamura, fundador y decano de esa
institución.
Miike debutó como director en 1991 con la
comedia “Eyecatch Junction” (Topuu! Minipato Tai). Tras su debut, realizó en
tan sólo 4 años once largometrajes para el creciente mercado del video. En 1995
realizó “Shinjuku Triad Society”, una película rodada en 16 mm que generó una
pequeña conmoción en los espectadores ansiosos de novedades.
Este productivo y
controversial cineasta, conocido como el Tarantino oriental, es capaz de crear
sentimientos y sensaciones antagónicas en el espectador. No contando con tantos
medios, Miike prefería a menudo rodar en 16 milímetros o vídeo digital donde su
estilo "libre de formas" podía desenvolverse mejor. Su visión del
cine más como adaptador que como autor, y su buena voluntad de cooperación,
provocó que sus películas se convirtieran en entes propios en las que el resto
de miembros del equipo podían aportar también su creatividad, dando lugar a
algunas de las películas más dinámicas de la década pasada.
Las películas de Miike son
criticadas especialmente por su violencia excesiva y el ácido humor negro que les impregna, aunque
el director se excusa en que la honradez inherente de esa violencia es más
sincera que la dulce representación romántica de sus contemporáneos japoneses.
Sus dos películas más
conocidas en Occidente, “Dead or Alive” y “Audition” (llamada perdida),
sorprendieron al público y a partir de ese momento comenzó a gestarse un
fenómeno de dimensiones casi míticas alrededor de la figura de este director
tan prolífico como singular.
Takashi Miike siempre
estuvo ignorado en Occidente hasta que en el año 2001 lo dio a conocer el
Festival de Rótterdam. La obra de Miike ha venido desbordando desde entonces
todo el circuito de festivales internacionales.
Además de varias
adaptaciones de novelas y mangas para la pantalla, Miike ha realizado remakes
de algunos filmes como su relectura del 2002 del violento falso documental de
Kinji Fukasaku, “Graveyard of Honour” (“Jingi no hakaba”, 1975). También ha participado como actor, desde una
mínima participación en “Black Rain” de Imamura como un trabajador en una fábrica,
hasta en sus películas como “Graveyard of Honour” (Shin Jingi No Hakaba, 2002)
o “Agitator” (Araburu tamashii-tachi, 2001), la cual recibió excelentes
críticas en el festival de Rotterdam.
Después de su debut en
1991, Miike ha realizado alrededor de 60 películas para cine y televisión,
incluyendo dos miniseries entre 1999 y 2002, confirmando su estado como uno de
los directores más incansables del cine actual.
Filmografía más importante:
*Audition (1999)
*Dead or Alive 2:
Tà´bà´sha (2000)
*Ichi the Killer
(2001)
*Cementerio Yakuza
(2001)
*Dead or Alive 3:
Final (2002)
*Gozu (2003)
*Izo (2004)
*Three... Extremes
(2004)
*Huella (Masters of
Horror Series) (2005)
*La Gran Guerra Yokai (2005)
*Scarred (2006)
*Imprint (2006)
*Sukiyaki Western
Django (2007)
*Crows Zero (2007)
*Yatterman (2009)
*Crows Zero II (2009)
*13 Asesinos (2011)
*Hara-kiri: Muerte de un samurai (2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario