Andrea González
@kissmeofuckyou
¿Qué fue primero: la fantasía o la realidad? El arte es
capaz de transformar no sólo nuestras vidas, sino la manera en la que nos
comportamos y la percepción que tenemos de nosotros mismos. A finales del siglo
XIX surge en el mundo occidental la construcción de la femme fatale. La mujer fatal es la respuesta masculina ante el
miedo que le provocaba a los hombres la liberación de la mujer.
Este nuevo tipo de feminidad, voraz,
voluptuosa, rebosante de vida y de apetitos carnales, ha existido durante toda
la historia, en todas las culturas y en todas las mitologías. Sin embargo, será
hasta este momento histórico en que la liberación femenina pone en riesgo los
valores de la mujer convencional y se cuestiona la naturaleza de la feminidad,
en que los artistas, encabezados por los decadentistas franceses, consagren sus
obras a las mujeres fatales.
En México no existiría una
verdadera mujer fatal hasta bien entrado el siglo XX, pero los escritores
decimonónicos sí que suspiraban por las divas del cine extranjero, que llegaban
aquí con la mirada hipnótica, los párpados caídos, el cabello corto, todas unas
vampiras, pues. La primera de ella fue Pina Menichelli, diva del cine italiano
que protagonizó muchísimas producciones, entre las que destacan El fuego (1915) y La tigre real (1916).
La pregunta es: ¿siguen los
hombres temiendo a la mujer y construyéndola, o somos las mujeres las que
partimos del imaginario de los hombres para concebir nuestra sexualidad? Hace
falta ver muchas películas para sacar conclusiones.
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