Por : Iván Hernández
Quiero hablarles de esta última entrega de la saga del afamado espía británico James Bond la cual nos da la sensación de la transición entre lo viejo y lo nuevo, retomando aspectos icónicos de la historia del film que van desde diálogos elaborados hasta artilugios, llegando a emplear el Aston Martin DB5, y a la vez incorporando nuevos elementos al universo 007, creado por Ian Fleming.
En comparación con las secuelas ésta podría ser considerada un tanto más discreta en relación con las locaciones internacionales, ya que la franquicia nos tenía acostumbrados a lugares exóticos y ciudades paradisiacas, pero esto no limita en lo absoluto la película debido a que Sam Mendes tuvo la visión para poder enriquecerla con los divisos paisajes de la ciudad de Londres y la campiña escocesa.
Un elemento clave para el éxito del film, son las muy adecuadas interpretaciones del elenco comenzando por el antagonista Javier Bardem, quien sigue demostrando la habilidades multifacéticas que posee como actor; así mismo Daniel Craig, quien por tercera vez encarno a James Bond, mantiene el estándar de elegancia y porte que han caracterizado el perfil del espía.
Por su parte la trama en la cual está inmersa la película es interesante debido a los giros que le dan viveza a las secuencias de acción dejando al público a la expectativa, y al filo de la
butaca, esperando la resolución.
En conclusión la película resalta por una serie características tanto en forma y fondo que dejan una mayor expectativa respecto al futuro de la franquicia y las próximas aventuras que tendrá James Bond, por lo pronto comienzan las especulaciones respecto al siguiente film del cual se conoce que se titulara Bond 24.
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