Andrea González
@kissmeorfuckyou
Guillermo del Toro es uno de los cineastas mexicanos más
exitosos en la actualidad. Sus películas tiene influencias tanto literarias
como del cine de horror clásico. Una característica muy interesante de sus
filmes es que los protagonistas son, de alguna manera, sujetos inocentes que se
ven seducidos por la oscuridad, hasta que esta los absorbe. La violencia de sus
películas, así como el horror en ellas, corresponden a la necesidad de
confrontar al bien con el mal, y, también, de que lo desconocido triunfe sobre
lo luminoso.
Don’t Be Afraid of the
Dark es la historia de Sally Hurst, una niña introvertida y solitaria que
se muda con su padre y su nueva novia. Explorando en los rincones de la oscura
casa nueva, Sally encuentra un sótano y conoce a las criaturas que viven ahí.
Pronto, las criaturas intentarán adueñarse de la niña y de sus dientes.
Es cierto que algunas de las creaciones de Del Toro, y es
algo regular en sus películas de terror, “¡no asustan nada, y se ven bien
chafas!”, pero, la cercanía de sus guiones y de sus intenciones visuales con la
literatura es tan estrecha, que bien podría considerarse su estética como un
intento de recrear en cine lo que da miedo en un libro. Es preciso, además,
comprender que del Toro establece un pacto con sus espectadores, a diferencia
de películas como Actividad Paranormal,
en las que el pacto es con la realidad misma… o eso deberían pretender. Así, No le temas a la oscuridad es oscila
entre el drama y el terror, entre el cine de horror y un cuento de hadas.
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